martes, 2 de julio de 2013

http://corresaltaycuidate.blogspot.com


Haré referencia a una dificultad que se presenta diariamente en el quehacer de quienes llevan a cabo los Programas de Inmunización. 
Todos hemos visto en la práctica cotidiana lo difícil que resulta algunas veces inmunizar a un niño. Gritos, "berrinches", llanto, pedidos de auxilio a su mamá...Así se dificulta la actividad del Vacunador, quien de a poco va perdiendo la paciencia y comienza a fruncir el ceño.

En esos momentos llegamos a olvidar nuestra natural disposición a hacer esta actividad en un buen clima...
Por si fuera poco a veces algunas mamás nos miran con cara de: "¿Qué le va a hacer usted a mi hijo...???"

No han sido pocas las veces que, intentando aplicar una vacuna, un niño ha salido corriendo. Incluso quien escribe este post ha recibido patadas y puñetazos de niños asustados. 
Así que aquí van algunos tips que me han sido de ayuda...                                                                                                                                                                    

1- Module su tono de voz. Es sabido que a todos nos altera que nos hablen en tono alto. Que les hablemos fuerte, a veces con poca calidez y con una jeringa en la mano que irá directa al brazo...sólo empeora las cosas. 

Pongámonos en lugar del niño: imagine el lector medir menos de un metro de estatura. Quien llega con un uniforme que en el mejor de los casos lleva algún diseño infantil (porque a veces usamos túnicas o uniforme de un solo color) puede representar para el niño algo así como un gigante que llega con un elemento que él percibe como algo muy amenazante...
Si aún se le habla en tono alto, cuando el niño mira hacia arriba, el susto es previsible.                                                                                                                                                              


2- Si es posible, explique al niño usando frases cortas, qué es lo que usted hará. Garantice en palabras que pueda comprender, que la vacuna le dolerá sólo un poco, y que el "dolorcito" pasará rápido.                                                                                                                                                                                              

3- No pierda el contacto visual. Imagine usted mismo cómo se sentiría si quien va a "pincharlo" esconde su mirada. Procure que su mirada no revele su propio malestar por la actitud que usted observa en el niño. 
Es difícil aplicar una vacuna a un niño que se encuentra en tensión muscular por el estrés que le genera esta circunstancia. También es difícil percibir esta tensión y continuar sonriente. Pero será más difícil si intentamos aplicar la vacuna frunciendo el ceño...Si el niño percibe una amenaza desde nuestros gestos, ello se suma a la amenaza que ya percibía por la propia vacuna.                                                                                                                                                                            

4- No demore en la preparación de la vacuna que va a administrar. Si se demora sólo logrará que el niño tenga más tiempo aún para pensar que la vacuna va a doler muchísimo. 
Esta percepción agrega estrés al acto de inmunizarlo, y este estrés amplifica la sensación de dolor.
Cuando la zona donde preparamos la vacuna es visible, algunos chiquitos, más curiosos, a veces quieren acercarse y ver qué preparamos. 
Es un buen momento para que puedan ver qué hacemos y si hacen preguntas no habría que dudar en responderlas. Si no las hacen, podemos hablarles de ello u otras cosas...pero no siempre ayuda forzar una pregunta del niño cuando no la hizo. Por eso respetar sus inquietudes, responder apropiadamente y respetar los silencios, parece al menos prudente...                                                                                                                                                                 

5- Si es posible, reclínese para hablar con el niño a su propia altura. He observado que este esfuerzo es bienvenido por la mayoría de los niños, y experimentan mayor confianza.   
6- Identifique si la madre o el familiar pueden colaborar. Muchas veces cuando usted se acerca al niño, su familiar ya pone cara de horror. 
Así que primero tendrá que serenar a su familiar si quiere que colabore y si no lo logra, tendrá que manejar solo la situación.  
Por su propia experiencia en relación a las vacunas o punciones en general, no siempre el familiar es una ayuda efectiva. Algunas veces, como los familiares transfieren sus propias vivencias respecto del dolor en el acto de vacunación del niño, tendremos a ambos afectados por ello.   

7- Técnica correcta, administración segura, rápida y eficiente.                                                                                                                                                                                                                   

8- Tanto el niño como la familia deben comprender que seguir pautas para una correcta inmunización es importante, pero se trata de una actividad a repetir y debe incorporarse como un hábito que se vive sin temor. 
Es normal que un niño se inmunice, y es bueno que la familia pueda ver que ello forma parte de una rutina de cuidados que este chiquito debe recibir. En ese sentido, ayudar a la familia a disminuir los temores es parte de sus actividades.     
9-Aproveche el momento en que completa los datos del carné del niño para mostrarle qué está haciendo. No olvide reconocer su logro, premiar su esfuerzo, incluso aplauda si es necesario y por supuesto...nunca pierda su sonrisa.                                                                                                                                                                            

10- Incorpore en la vacunación del niño elementos que favorezcan un sentido lúdico. Es muy díficil que el niño pueda tomar este hecho como un juego para sí mismo, pero obsequiarle jeringas sin aguja en su paquete, tener a mano globos, algún presente o souvenir, hacen que el llanto pase rápidamente, al distraer al niño de la sensación dolorosa. Cuando el niño se familiariza con los objetos que se usan para inmunizarlo, usted puede estar ayudándolo a disminuir el temor.

Y para cerrar este post, un mensaje que lo resume: NUNCA...POR NADA DEL MUNDO, PIERDA LA PACIENCIAAAAAA...Y no olvide que hasta el puñetazo o la patadita de un niño puede hacer que usted se sienta feliz y satisfecho con su trabajo. HASTA LA PRÓXIMA.
Publicado por marianella

miércoles, 1 de mayo de 2013






De pronto se corre la voz, se llevan a un querido amigo a la Emergencia de la Clínica privada "Y" u Hospital "X" de donde sea (no importa donde lo internaron, la cuestión es que necesitó de ello) 

Todo indica que este amigo, no sólo ha sabido ser un buen amigo.

Ha desempeñado varios roles en la vida, por lo cual, es amigo pero también es padre, casualmente es "hijo de", a la vez practicaba un deporte (no interesa cual) y resulta que sólo por la buena costumbre de vivir en sociedad, su esposa además participa de un "amigable" Club de Damas (de cuyo nombre no quiero acordarme)

Este señor es un empresario reconocido y en virtud de ello, también tiene amigos y colegas provenientes de su profesión...

He aquí, el buen amigo tiene además tres hijos, y como cinco nietos, por suerte mayores de edad. La edad de este señor tampoco importa, ponga el lector la que prefiera.

Al otro lado de la ciudad, se prepara una unidad. Alguien se apura un poquito, se sabe que viene un Ingreso. Si, es que ya se han enterado que el Sr. Fulano de tal, viene en camino con "algo feo" ("algo feo" es suficiente a efectos de este relato)

Se verifica que todo esté listo para recibirlo, más allá de otra buena y muy sana costumbre, la de tener siempre todo listo y bien organizado.

Esa es apenas una de las costumbres que se pueden tener en el Servicio o Unidad de Emergencia del Hospital X...

Y allí se ve a varios integrantes del Equipo de Salud que comienzan su trabajo, así como a una linda chica de amplia sonrisa donde con frecuencia, la única diferencia VISIBLE, es que puede llevar una toca con una cinta de color azul (me gustó que en este personaje, ella fuera "linda" en especial porque tendrá su mejor sonrisa para ese paciente, de eso estoy segura)

A la vista de quienes llegan al Servicio para recibir atención, esa cinta azul es lo primero que pueden apreciar en ella, siempre y cuando se utilice en ese Hospital. Luego observan algunos comportamientos donde a veces llegan a identificar que esta chica es la Lic. en Enfermería del Servicio de Emergencia.

Ese paciente representa el éxito, es el que le permite a un Equipo de Salud, sentirse héroes momentáneos, y en un sentido futbolístico, es el que les da permiso para meterle un gol más a la vida.

Mientras en los ratos libres, este Equipo Interdisciplinario se sigue formando, estudiando, haciendo los mejores chistes para levantarse el ánimo, dándose apoyo para poder sobrellevar circunstancias que no por estar preparados los dejan de afectar en tanto personas, cuando llega el señor Fulano de tal...se trabaja para poder poner lo mejor de cada uno en la estabilización de ese paciente que irá luego, según el caso, a otros sectores más o menos complejos del Hospital.

El grado de complejidad de ese paciente respecto de su patología, orienta el camino a seguir, según protocolos de actuación establecidos. Y por ahí andan, para variar, algunas chicas entrometidas en esta historia (entre las cuales me incluyo, justamente porque entrometerme es esperado por los demás)

Así hace esta chica la parte que le toca de la forma más eficiente posible. Como todos, intenta sólo hacerlo mejor para la próxima vez. Es apoyada, son innumerables las veces que se le ayuda y enseña a ser más eficiente aún.

Así, las Licenciadas en Enfermería se van convirtiendo en una suerte de "guerreras" dentro de ese Servicio.

Ojalá no se malentienda...La palabra "guerrera" bien puede tener otras connotaciones, para las cuales jamás se les preparó (también hay Licenciados y pido disculpas a mis colegas por enfocar la historia sólo en las mujeres)

Pero volvamos al amigo. Ese gran amigo que a todo esto, lo tendría que ubicar ya en Sala (en virtud de la extensa descripción que hice de apenas algunos aspectos mínimos que hacen al trabajo en Emergencia)

Supóngase que en Sala se viene recuperando bien. En sí, se recupera porque jamás se ha dejado de cuidarlo. 

"Se recupera favorablemente" es lo que se suele decir a la prensa que luego hace referencia a este trabajo, en especial cuando se trata de alguna figura conocida por la sociedad. 

No se dice más que eso, por respeto a los derechos de ese paciente y porque no hay ninguna necesidad de ahondar en más detalles, ni de orientarse a complacer a una población ávida de conocer la realidad de una persona, que es privada y por lo tanto se debe respetar, conforme a la actuación ética de este Equipo. 

Este amigo, ya en Sala, continúa su proceso de recuperación y de rehabilitación. Claro, no se le puede negar a este señor que sea visitado por sus familiares a la vez que se integra a la familia en dicho proceso.

Mientras se trabaja desde el Ingreso a Sala con su Plan de Alta (lo cual no se hace por antipatía para que se vaya cuanto antes, sino para que logre recuperar sus capacidades de la mejor forma posible) es allí que se empieza a conocer más a los citados al inicio de esta historia, vale decir: 

A su papá, un señor de edad que llega con su bastón.

A su mamá, quien por cierto quiere permancer junto a su hijo las 24 horas y no hay forma para que la familia logre hacerle comprender que es mejor ir a descansar. Y menos si se lo sugiere su nuera, a quien no le tiene mucho aprecio porque no le gusta que ella esté en el Club de Damas...

A su esposa.

A sus tres hijos (dos de ellos enemistados entre si) y sus cinco nietos mayorcitos (dos de los cuales llevan a sus amigos, sólo porque no soportan permanecer dentro de un Hospital)

A los colegas y amigos que posee por su actividad empresarial.

A los amigos del Club donde practica su deporte favorito (quienes se encargan de hacerle llegar las novedades del Club y le obsequian la nueva camiseta o los mejores banderines de la colección privada de cada quien)

A las amigas de su esposa. Sí, puede llegar a visitar al Sr. Fulano de tal, el "amigable Club de Damas...de cuyo nombre no quiero acordarme"

Como es de esperar, en el horario de visita es donde aquél famoso cuadro de una enfermera pidiendo silencio...puede quedar un par de horas en el olvido.

Mientras desde el "Office" de Enfermería se llegan a escuchar algunas conversaciones de las cuales se guarda secreto, cuando se retiran los familiares de esta suerte de "competencia de amor" por su ser querido, se vuelve a él para continuar trabajando y continentarlo, porque a veces queda febril, hipertenso, etc, una vez transcurrida la visita.

Muchas veces, esta historia puede tener un final feliz.

Para Enfermería y para el resto del Equipo de Salud, esta historia termina con la satisfacción de haber devuelto al mundo a una persona que retorna a sus tareas habituales. Una satisfacción alimentada por nuestro buen amigo, quien se acerca a decir: "Me voy de alta. Sólo quería agradecerles lo que hicieron por mí. ¿Puedo darles un beso a todas?"

Para el paciente, esta historia será motivo de anécdotas en reuniones familiares. Y tal vez en la mesa durante su cumpleaños, surjan frases como:

"Otra vez va a contar su intervención" 
"Pero dí la verdad...yo fui quien más estuvo contigo"
"Claro...tú lo dices porque según tú, yo no lo cuidé nada"

Su esposa podría llegar a enojarse cuando el señor, haciendo uso de su buen sentido del humor, dice a sus amigos: "Pero qué plantel de enfermeras...No saben lo bien que me cuidaron, unas chicas amorosas. Unas manos de seda. Juro que no me dolió nada de lo que me hicieron" lo cual hace feliz incluso a su mamá...

Y así la competencia de amor renacerá en el seno familiar con el señor recuperado. Ojalá que los lectores opinen parecido a mí: estas competencias familiares por AMOR no dejan de ser una muy linda competencia...
  







Publicado por marianella

martes, 16 de abril de 2013

La higiene postural nos permite realizar las actividades cotidianas con menos esfuerzo, y prevenir la aparición de complicaciones por malas posturas.

Estas complicaciones muchas veces se presentan por la mala ejecución de los movimientos, donde se fuerza la espalda y ello trae como resultado las molestias y dolor que llega en ocasiones a imposibilitar a las personas, por su intensidad y por la presencia de lesiones que se hacen crónicas.

Los principios de higiene postural se basan en el hecho de que los movimientos correctamene ejecutados no tienen porqué producirnos dolor.

Sin embargo, las lesiones a nivel de la columna vertebral son una de las causas más importantes de ausentismo laboral y de incapacidad posterior en personas que realizan levantamiento de peso como parte de su rutina de trabajo.

También las amas de casa, en ciertas tareas de limpieza del hogar, suelen realizar esfuerzos que muchas veces consisten en levantar peso o en ocasiones pasan horas en rutinas donde mantienen una posición inapropiada.

Tareas en apariencia inofensivas como planchar, lavar platos o recoger juguetes,  pueden influir en los dolores de la espalda al final del día por no mantener una posición correcta. Por esa razón es importante aprender a prevenir este tipo de lesión y mucho es lo que podemos hacer si nos acostumbramos a mantener buenas posturas.

Sería conveniente que también enseñáramos a los niños como ejecutar movimientos manteniendo una buena posición. No basta con que los padres digan: "Siéntate bien a la mesa"

Si desde pequeños los niños toman la costumbre de realizar movimientos en posición inadecuada, será más difícil hacer que incorporen hábitos de higiene postural cuando sean más grandecitos.

Para los niños, permanecer horas ante un ordenador sin cambiar la posición o no alternar dichas actividades con períodos de ejercicio físico o de simple movimiento, es causante de dolores de espalda por no haberse adaptado precozmente a mantener buenos hábitos posturales.




HIGIENE POSTURAL http://corresaltaycuidate.blogspot.com
COMO LEVANTAR PESO CORRECTAMENTE



HIGIENE POSTURAL http://corresaltaycuidate.blogspot.com
POSICION INCORRECTA PARA HACER ESFUERZOS


HIGIENE POSTURAL http://corresaltaycuidate.blogspot.com
FACILITANDO EL PROCEDIMIENTO DE LEVANTAR PESO




HIGIENE POSTURAL http://corresaltaycuidate.blogspot.com
POSICION CORRECTA PARA RECLINARSE
Publicado por marianella


PIE DIABÉTICO


Las personas que sufren de Diabetes Mellitus (un elevado nivel de azúcar en la sangre), tienen una mayor facilidad de desarrollar algún tipo de infecciones en la piel, una de las más conocidas se define con el nombre de Pie Diabético.

El pie diabético, es una infección, ulceración o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus.

No debemos confundir “pie diabético” con el pie de una persona diabética, ya que no todos los diabéticos por el solo hecho de serlo, van a desarrollar esta complicación que depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la patología de base.

El pie del paciente diabético es muy sensible a todas las formas de traumatismos e infección: el talón y las prominencias óseas resultan especialmente vulnerables.

Los daños a los nervios periféricos de los pies provocan trastornos sensoriales, úlceras de la planta del pie, atrofia de la piel, etc. y debido a la oclusión de las arterias que llevan sangre a los pies se puede producir gangrena.

Es frecuente en los pacientes diabéticos que las lesiones propias del denominado pie diabético trascurran sin dolor, debido a lo cual se suele agravar la lesión antes de que el paciente pida ayuda especializada.


Este fenómeno ocurre por la pérdida de la sensibilidad en las extremidades inferiores, asociada a veces con los trastornos de la visión que también la diabetes puede provocar, lo cual dificulta la observación de las lesiones por parte del propio paciente.


La prevalencia de úlceras de pie diabético en los paises desarrollados varía según el sexo, edad y población desde el 4% hasta el 10%.

Se ha establecido una incidencia correspondiente del 2,2 al 5,9%.

Se ha calculado que al menos un15% de los diabéticos padecerá durante su vida ulceraciones en el pie, igualmente se estima alrededor de un 85% de los diabéticos que sufren amputaciones previamente han padecido una úlcera.

Se ha observado que las úlceras neuropatías son de igual frecuencia en hombres que en mujeres y que aparecen generalmente en diabéticos de larga evolución.

Las úlceras del pie se producen por un desequilibrio entre el exceso de presión sobre la planta del pie y el estrés repetitivo de la presión en la zona, que se genera al caminar.

No se necesita mucha presión para provocar una úlcera, más allá que la piel tiene de por sí, un sistema de protección propio.

Normalmente, una presión dañina o un movimiento contra la piel dispararían una alarma protectora en forma de dolor, en personas con lesiones nerviosas (neuropatía) de origen diabético, esta presión pasa desapercibida y puede provocar graves lesiones.

Al haber perdido la sensibilidad al dolor, las personas con neuropatía diabética no se dan cuenta de que existe un problema hasta que se ha formado una úlcera.

Cuando se dice que el pie diabético tiene una “base etiopatogénica neuropática ”se hace referencia a que la causa primaria que hace que se llegue a padecer un pie diabético está en el daño progresivo que la diabetes produce sobre los nervios, lo que se conoce como neuropatía.

Los nervios están encargados de informar sobre los diferentes estímulos (nervios sensitivos) y de controlar a los músculos (nervios efectores).

En los diabéticos, la afectación de los nervios hace que se pierda la sensibilidad, especialmente la sensibilidad dolorosa y térmica, y que los músculos se atrofien, favoreciendo la aparición de deformidades en el pie, ya que los músculos se insertan en los huesos, los movilizan y dan estabilidad a la estructura ósea.

El hecho de que una persona pierda la sensibilidad en el pie implica que si se produce una herida, un roce excesivo, una hiperpresión de un punto determinado o una exposición excesiva a fuentes de calor o frío no se sientan.

Ya que el dolor es un mecanismo defensivo del organismo que incita a tomar medidas que protejan de factores agresivos, los diabéticos pueden sufrir heridas y no darse cuenta.

Además, la pérdida de control muscular favorece la aparición de deformidades y éstas pueden al mismo tiempo favorecer roces, cambios en la distribución de los apoyos del pie durante la marcha y predisponer a determinados puntos del pie a agresiones que, de no ser tratadas a tiempo, pueden resultar fatales.

Así se forma una herida que, en primera instancia, el diabético ni siquiera advertirá por la pérdida de sensibilidad.

Esta herida no tratada es una puerta abierta para los microorganismos, causantes de la infección. Como la respuesta inflamatoria está disminuida, los gérmenes patógenos no encuentran demasiada resistencia, colonizan la zona, el tejido se destruye y difícilmente cicatriza. Ya tenemos la ulceración.

Las úlceras son heridas caracterizadas por una pérdida del tejido y especialmente por su escasa tendencia a la cicatrización.

Las úlceras requieren todos los cuidados podológicos y médicos que estén al alcance del paciente, ya que además de no resolverse espontáneamente tienden a agravarse, llegando en muchos casos a gangrenarse, lo que obliga a ejecutar amputaciones parciales o incluso totales de las zonas afectadas.

La suma de falta de riego sanguíneo con la acumulación de toxinas derivadas del metabolismo infeccioso pueden facilitar la aparición de fenómenos necróticos; dicho de otro modo, pueden provocar que determinadas zonas de tejido mueran. Si ese tejido muerto no es eliminado correctamente puede provocar la liberación de toxinas en sangre que acaben por ocasionar una gangrena del miembro. Para la gangrena existe un único tratamiento posible: La amputación o la muerte.



Clasificación de Wagner del pie diabético


La finalidad del manejo de las ulceras en el pie diabético es prevenir la amputación y mantener una buena calidad de vida del paciente.
La existencia de isquemia, infección y la profundidad de la úlcera influyen significativamente en la evolución de esta, ya sea hacia la curación o bien a la amputación.
Para unificar los criterios de tratamiento y descripción se elaboró en el año 1970 una teoría sobre las lesiones del pie diabético que terminó en una clasificación de 5 grados de complejidad. Este tipo clasificación se conoce con el apellido de uno de los médicos que participó en su creación, el Dr. Wagner.
La Clasificación de Wagner del pie diabético es la clasificación más empleada para la cuantificación de las lesiones tróficas en caso de pie diabético, por ser simple y práctica.

Como ventajas presenta que es fácil de recordar, incorpora la profundidad de la ulcera, introduce las necrosis como lesiones no ulcerosas y se utiliza el grado 0 para definir al Pie de Riesgo.

Como inconvenientes tiene que tampoco hace referencia a la etiopatogenia de la lesión.

La clasificación de Wagner tampoco permite distinguir si una ulcera
superficial presenta infección o isquemia, y los grados IV y V incluyen signos de insuficiencia vascular severa mientas que los signos más sutiles de isquemia no son tenidos en cuenta.

A pesar de las limitaciones referidas, la clasificación de Wagner ha sido muy útil, ha mostrado excelente correlación con la morbimortalidad.

Pero para el pie diabético este tipo de clasificación, aunque de mucha ayuda, terminó por ser incompleto y en algunos casos confuso.

Entonces los investigadores de la Universidad de Texas agregaron los grados de pie diabético de la clasificación anterior una serie de clases de la A a la D que indicaban además del tipo de lesión y si presenta o no isquemia, es decir falta de transito sanguíneo.

La clasificación de Wagner por grados y la de la Universidad de Texas por grados y estadios caracterizan las úlceras y predicen resultados.



Clasificación de Wagner del pie diabético



Grado 0: Ausencia de ulceras en un pie de alto riesgo.


Grado 1: Úlcera superficial que compromete todo el espesor de la piel pero no tejidos subyacentes.


Grado 2: Úlcera profunda, penetrando hasta ligamentos y músculos pero no compromete el hueso o la formación de abscesos.


Grado 3: Úlcera profunda con celulitis o formación de abscesos, casi siempre con osteomielitis.


Grado 4: Gangrena localizada.


Grado 5: Gangrena extensa que compromete todo el pie.


Sistema de Clasificación de la Universidad de Texas para Úlceras en Pie Diabético


Grado 1


– Clase A: úlcera no infectada, superficial no isquémica.
– Clase B: úlcera infectada, superficial no isquémica.
– Clase C: úlcera isquémica, superficial no infectada.
– Clase D: úlcera isquémica, superficial infectada.


Grado 2 – Siempre son úlceras que penetran hasta la cápsula o hueso


– Clase A: úlcera no infectada, no isquémica.
– Clase B: úlcera infectada, no isquémica.
– Clase C: úlcera isquémica, no infectada.
– Clase D: úlcera isquémica, infectada.



Grado 3 – Siempre penetran hasta el hueso o un absceso profundo

– Clase A: úlcera no infectada, no isquémica.
– Clase B: úlcera infectada, no isquémica.
– Clase C: úlcera isquémica, no infectada.
– Clase D: úlcera isquémica e infectada.



Sirve para los pacientes con pie diabético que exista esta clasificación para que los médicos puedan enfocarse en la posible curación y cómo prevenir que se agrave, para que puedan compartir los diferentes casos y no confundirse en la descripción de las lesiones. Como consecuencia de clasificar la lesión, se puede lograr un mejor tratamiento de ésta lo cual reporta beneficios, evitando secuelas mayores a este paciente.
Publicado por marianella